October 15, 2014

ICH LERNE DEUTSCH

ECONOMICS. It seems to be contagious. Since Germany started to be seen as the center of the Empire, and Angela Merkel as its Empress, everything German has become much more on fashion than what it used to be in other European countries.
The other thing coming with it has been the believe that only if they (the Germans) were to want, all the problems will be solved, as if they (the problems) had nothing to do with our skills and ability to deal with them but with the German will to bring over the table the resources to solve them. The well known recipe of fear mixed with devotion, and all coming from an utter ignorance and no proper analysis of how things work. The perfect recipe for a disaster.
I remember a meeting that I had in Berlin last May with a top officer of the German Ministry of Economy - and a Board Member of the European Investment Bank (EIB) himself. I questioned him about the best policies out of the "European economic paralysis", so to speak. I didn't find a policy issue there, but a trustworthiness one on the ability to implement those policies in the different countries.
In the "different" countries, like the one I am speaking from, there is too much cronyism, too many people appointed to their jobs, public and private, without the right skills and qualifications for the tasks on hand.
I must admit that a very important part of me joining the Official Language School in San Sebastian (on the picture) to learn German is based on enjoying, even more, our annual bike trips along, mainly, German rivers (me being more of a snob than a man of fashion).
But if so much we all expect from Germany it wouldn't be a bad idea to learn some more of the German ways (and thoughts)!


Parece ser contagioso. Desde que Alemania empezó a ser vista como el centro del Imperio, y Angela Merkel como su Emperatriz, todo lo alemán ha pasado a estar mucho más de moda que lo que solía estar en otros países europeos.
El otro asunto añadido a ello ha sido la creencia de que con que sólo ellos (los alemanes) lo quisieran, se resolverían todos los problemas, como si éstos (los problemas) no tuvieran nada que ver con nuestras capacidades y habilidad para abordarlos sino con la voluntad de los alemanes de poner sobre la mesa los recursos para resolverlos. La bien conocida receta de temor mezclado con devoción y todo ello desde la más absoluta ignorancia y la falta de un análisis adecuado del funcionamiento de las cosas. La receta perfecta para el desastre.
Recuerdo una reunión que tuve en Berlin el pasado mes de mayo con un alto oficial del Ministerio de Economía alemán - y miembro al mismo tiempo del Consejo del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Le pregunté sobre las mejores políticas para salir de la "parálisis económica europea", por decirlo de algún modo. No encontré un problema de  política económica en la respuesta, sino sobre todo que no se fiaban de las "capacidades" (de las personas) de implementar adecuadamente esas políticas en los diferentes países.
En los "diferentes" países, como en el país desde el que escribo, hay demasiada falta de rigor y nepotismo, demasiada gente nombrada en sus puestos, públicos, semipúblicos, empresas familiares, sin las capacidades y cualificaciones adecuadas para las tareas y retos por delante. 
Tengo que admitir que una parte importante de mi razón para enrolarme en la Escuela Oficial de Idiomas de San Sebastián (en la foto) para aprender alemán está basada en poder disfrutar, aún más, nuestros viajes anuales en bicicleta a lo largo, principalmente, de ríos alemanes (siendo yo más un snob que un hombre a la moda).
Pero si tanto esperamos de Alemania no parece mala idea aprender algo más de la manera de hacer (y pensar) alemana!

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