July 31, 2015

BLUE CARGO REVISITED (3)

PLACES. La plage d'Ilbarritz is for us one of those places that continues to be a favorite throughout different times. But this July has been a real revival of the place. We went one day with J and N - who nowadays mostly prefer to go out with friends - to "take" waves, which we all still like doing, and for lunch. Lunch at the Blue Cargo of course. And we ended going back for another 10 days. M and I could hardly believe it. J and N wanted to go again and again - we only too ready to please them. Crème brûlée  an argument - they serve a good one. But so or more were the waves, white, warm, big some of them - brave boys - the walk in low tide to Biarritz même, and the chocolate paninis, hot and crispy. A more than decent Chablis to be taken into account too as far as I am concern. It was like a long family gathering, our very special hideway, secluded from the day to day same things and features of San Sebastian, like in an island. Ferried in and out by our Volvo vessel, just half an hour of highway sail.
Now Juan is leaving for Kansas and we are leaving for Germany. May be next year will be more big white waves for us.







La playa de Ilbarritz es para nosotros uno de esos lugares que continua siendo un favorito a través de los tiempos. Pero este mes de julio ha sido un verdadero revivir del lugar. Fuimos un día con J y N - que hoy en día en general prefieren salir con sus amigos - a coger olas, que aún nos gusta hacer a todos, y a comer. La comida por supuesto en el Blue Cargo. Y terminamos yendo de nuevo durante otros 10 días. M y yo casi no podíamos creerlo. J y N querían volver y volver a ir - nosotros solo totalmente dispuestos a complacerles. La crème brûlée una razón - sirven una buena. Pero tanto o más las olas, blancas, cálidas, grandes algunas - bravos chicos - los paseos hasta la misma Biarritz en marea baja, y los paninis de chocolate calientes y crujientes. Un más que decente Chablis a tener en cuenta también, por lo que a mi respecta. Como un largo encuentro de familia, nuestro escondite especial, alejados del día a día de las mismas cosas y formas de San Sebastian, como en una isla. Transportados ida y vuelta por nuestro paquebote Volvo, a media hora de singladura de autopista.
Ahora Juan se va a Kansas y nosotros salimos para Alemania. Seguramente, el año que viene, habrá mas olas grandes blancas para nosotros.